martes, 22 de septiembre de 2015

Roncar y la somnolencia diurna son dos señales de alarma de padecer apnea del sueño

21-S, Día Nacional de la Apnea del Sueño
 Sólo entre un 5 y un 10% de las personas que la padecen han sido diagnosticadas y tratadas

«En España existen entre 1.200.000 y 2.150.000 pacientes con apnea relevante y un elevado infra diagnostico de casi el 80% que obliga a los expertos y a los médicos de atención primaria a estar atentos a la presencia de factores de riesgos», explica el doctor Carlos Egea, coordinador del Área de Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Y es que quienes padecen este trastorno, conocido como apnea de Sueño o SAHS, tienen síntomas como fatiga, pérdida de concentración, somnolencia diurna, irritabilidad, pero también otros físicos que pueden afectar a órganos vitales y derivar en hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, principalmente.

¿Qué es?

La apnea de Sueño, también conocida como SAHS, es un trastorno del sueño que se caracteriza por la obstrucción de las vías respiratorias repetidas veces durante el sueño que provocan paradas respiratorias que pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos. «La respiración recupera la normalidad con un ronquido fuerte o con un sonido gutural. De ahí que la persona mas adecuada para detectar un síndrome de apnea del sueño sea a menudo nuestra pareja», afirma el doctor Egea.

Se considera síndrome de apnea de sueño cuando las paradas respiratorias en un adulto se producen al menos 30 veces en una hora. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Lancet considera que ya es síndrome de apnea de sueño relevante una cadencia de 15 paradas a la hora. «Basándonos en esta consideración se doblaría el porcentaje de varones adultos afectados llegando al 40% y en torno al 20% de las mujeres, convirtiendo la apnea del sueño en un problema de salud grave», expone el doctor Egea.

Paciente tipo

El paciente tipo suele ser un varón con sobrepeso, roncador y mayor de 65 años. Sin embargo, el síndrome de apnea del sueño también afecta a las mujeres especialmente a partir de la menopausia. Así los factores de riesgo de la apnea del sueño son el sobrepeso, la edad, el tabaco, el consumo de alcohol en las horas vespertinas, los sedantes y los tranquilizantes.

La causa debe encontrarse en la alteración de la vía aérea, especialmente la faringe, que se estrecha e incluso se cierra no dejando pasar el aire. Este fenómeno se produce por la debilidad o excesiva relajación de la musculatura, alteraciones anatómicas, factores hereditarios u otras causas desconocidas.

Consecuencias graves

La alteración de la estructura del sueño debido a la apnea de sueño provoca en los pacientes un descanso inefectivo que afecta su calidad de vida en aspectos muy diversos. Por un lado, y como ya hemos visto, la falta de descanso provoca somnolencia diurna, fatiga, irritabilidad en el paciente que trastorna su vida social y así mismo puede ser causa de accidentes laborales, domésticos o de tráfico.

Por otro lado, las pausas respiratorias o apneas conllevan una bajada de los niveles de oxígeno en sangre y en otros órganos denominadas hipoxias. Estudios llevados a cabo por miembros de SEPAR relacionan las hipoxias con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la trombosis cerebral, la angina de pecho o el infarto de miocardio y más recientemente con una mayor incidencia de cáncer.

Un tratamiento sencillo y efectivo

El síndrome de apnea del sueño tiene un tratamiento que si bien no es curativo si es muy efectivo para evitar todos los riesgos implícitos en esta patología: la CPAP. La CPAP es un aparato que se utiliza mientras se duerme y que mediante una mascarilla 'sopla' aire a presión positiva y continua por lo que las vías respiratorias se mantienen abiertas y, en consecuencia, no se producen paradas respiratorias.

«La CPAP es altamente eficaz pero tiene un inconveniente fácilmente superable si se piensa en todas los beneficios para la salud que se obtienen al recuperar un sueño reparador», explica el experto de SEPAR, y agrega que «s necesario un periodo de adaptación al aparato. Acostumbrarse a dormir con una mascarilla y un aparato que insufla aire no es fácil ni para el paciente ni para el familiar pero con un poco de tiempo y paciencia se consigue».

En este sentido la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, organiza periódicamente a través de su SeparPacientes y su Red Aulas Respira, sesiones formativas y participativas con pacientes que han sido diagnosticadas de síndrome de apnea de sueño y sus cuidadores, para ayudarles a comprender mejor su diagnóstico e incentivarles a cumplir con su tratamiento con CPAP.

Via elcomercio.es

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