Aire acondicionado: necesario en verano pero con algunos inconvenientes para la salud

La tolerancia a diferentes temperaturas no es igual en todas las personas.

Producen un aire seco que seca las mucosas corporales, eliminando una barrera del organismo frente a agentes infecciosos.

Un mal mantenimiento puede esparcir ácaros o bacterias como 'legionella'.

Para combatir los calores del recién iniciado verano nada como un aparato de aire acondicionado en casa… o no. Abusar de su uso puede ser malo para nuestro bolsillo, pero, aún peor, para nuestra salud. Los beneficios o perjuicios de usarlo en nuestra vivienda van a depender de la óptica con la que se analice y del uso que se le dé.

La gran mayoría de viviendas y edificios de oficinas están construidos con criterios muy discutibles; de tal manera que en su interior pueda detectarse incluso más calor que en el exterior de las mismas. Pero a la espera de que el ser humano construya con más “inteligencia”, el aire acondicionado nos permite en verano trabajar de día y dormir de noche –la llamada temperatura del umbral del sueño suele situarse en los 22º–.

Dicho esto, los inconvenientes para la salud del aire acondicionado son varios. En Vivienda Saludable enumeran algunos:

    Un perjuicio destacable que en la mayoría de las ocasiones es independiente del buen o mal uso que se le dé lo encontramos en las oficinas o en los cines, o incluso en las familias de varios miembros cuando comparte una de las estancias. Generalmente la tolerancia a diferentes temperaturas no siempre es igual en todas las personas, de igual manera que la vestimenta con la que los empleados llegan a una oficina o los espectadores a un cine también es distinta.

    Esto en muchas ocasiones genera dos problemas para la salud. En primer lugar, puede provocar enfriamientos, con sus correspondientes perjuicios, y, en segundo lugar, y aún más frecuente sobre todo en ambientes laborales, un aumento del nivel de estrés en aquellos que no encuentran conformes con la temperatura establecida.

    Otro de los principales perjuicios viene determinado por el tipo de aparato que se use, ya que la mayoría producen un aire seco que a su vez seca las mucosas corporales, eliminando una de las principales barreras que posee el organismo frente a agentes infecciosos.

    El mantenimiento de los equipos también es determinante para la salud de las personas expuestas, ya que una conservación deficiente puede esparcir por el ambiente desde ácaros y partículas en suspensión hasta bacterias tan peligrosas como la legionella.

Via 20minutos.es