Las peligrosas mentiras sobre el bronceado que ponen en riesgo tu salud

Muchas personas buscan la forma de acelerar el proceso a través de alimentos y trucos caseros que no siempre son reales ni aconsejables

La llegada del verano siempre implica ganas de playa y sol, pero no siempre es posible adquirir un bronceado rápidamente, por lo que muchas personas buscan la forma de acelerarlo a través de alimentos y trucos caseros que no siempre son reales ni aconsejables.

Es el caso del mito que asegura que comer zanahorias y azúcar moreno hará que el bronceado se incremente con menos horas de exposición al sol. Una creencia totalmente falsa, tal y como han demostrado diversos estudios, como el que realizó Alberto Chicote en el programa ‘Superalimentos’. Por el contrario, consumir demasiada zanahoria puede hacer que nuestra piel tome un color anaranjado.

También es un mito muy extendido que tomar el sol adelgaza. Se trata de otra mentira basada en la pérdida de líquidos al sudar, que hacen pensar que perdemos grasa. No obstante, lo que perdemos al sudar mientras tomamos el sol no es más que agua y electrolitos.

Por otro lado, muchas personas piensan que no es necesario usar protección solar si se resguardan del sol bajo la sombrilla. Se trata de un error muy grave que puede provocar daños en nuestra piel. Algunos estudios determinan que hasta un 34% de la radiación ultravioleta llega a nuestra piel a través de la sombra.

También es una creencia muy extendida que tomar el sol ayuda a superar el acné, pero este acto no sólo es falso, sino que podría no es nada beneficioso. Aunque los granitos se sequen antes, tomar el sol no nos ayudará a eliminar el problema.

Embadurnarse con aceite, cerveza o Coca Cola para acelerar el bronceado tampoco es cierto, a pesar de los testimonios que aseguran haberlo comprobado en su propia piel. Hacer esto puede traer consecuencias realmente graves para la epidermis.

Bajar la protección a medida que pasa el verano tampoco es una solución para hacer que nuestro bronceado se forme más rápido. Aunque es cierto que cuanto más bronceado más difícil quemarse, lo cierto es que la piel siempre puede sufrir daños. Lo correcto es utilizar siempre la protección más adecuada para cada piel.

Por último, al igual que es falso que no haga falta echarse crema cuando estamos en la sombra, tampoco es cierto que podamos prescindir de la protección cuando está nublado. Las nubes no impedirán que nos quememos.

Via ideal.es