Podemos mejorar nuestra salud mental a través de la alimentación

Una buena alimentación es crítica para el desarrollo apropiado del cerebro tanto en los primeros años de vida como posteriormente

La Organización Mundial de la Salud estima que entre una de cada cuatro a una de cada seis personas padecerá algún tipo de desorden mental a lo largo de su vida. Las patologías mentales se han convertido en una prioridad de salud en todo el mundo.

El motivo es que hay un aumento alarmante de casos, y entre ellos, las demencias ocupan un lugar destacado. Se estima que todos los años hay de cuatro a seis millones de nuevos casos de demencia en todo el mundo. Las causas de este aumento son multifactoriales. No obstante, algunos estudios sugieren que seguir un tipo de dieta saludable se asocia con una mejor salud mental pues reduciría el riesgo de desarrollar el deterioro cognitivo que las caracteriza.

La pregunta clave es: ¿podemos mejorar la salud mental a través de la alimentación?

De todos es conocido que una buena alimentación es un factor crítico para el desarrollo apropiado de nuestro cerebro en los primeros años de vida, pero los estudios recientes sobre la plasticidad cerebral confirman que una nutrición adecuada durante toda nuestra vida es un factor primordial para mantener una función cerebral óptima, independientemente de la edad que tengamos. Hoy sabemos que la nutrición puede influir en la expresión de los genes y, por consiguiente, puede modular las funciones cerebrales. La epigenética nos está ayudando a desvelar estas importantes interacciones. Esta nueva ciencia es un verdadero contrapeso al determinismo impuesto originariamente por la genética. Me explico. Cuando se descubrió la estructura de nuestro material genético y fuimos capaces de secuenciar el ADN y comprobar las diferencias que hay entre nosotros, se extendió la idea de que, irremediablemente, todo está escrito en nuestros genes y, que poco podíamos hacer para luchar con lo que ya estaba determinado en nuestros genes desde el nacimiento. Frente a esta teoría determinista, aparecen nuevos conocimientos que nos indican que podemos modular la expresión de los genes y ello es posible con algo, en principio tan fácil, como es mediante una alimentación saludable. Esto abre unas posibilidades fantásticas para actuar de forma eficaz en la prevención de ciertas patologías y, entre otras, las que tienen su origen en alteraciones mentales.

Procesos nocivos

Por lo que conocemos, un importante número de patologías mentales comparten con otras, como las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, ciertos procesos nocivos que están involucrados en su génesis. Efectivamente, todas las evidencias señalan al estrés oxidativo junto a un proceso inflamatorio crónico como factores importantes en el desarrollo del deterioro cognitivo, procesos neurodegenerativos y desórdenes psiquiátricos.

La dieta Mediterránea es rica en alimentos que contienen una gran cantidad de nutrientes con propiedades antioxidantes capaces de prevenir, inhibir e incluso reparar el daño celular causado por el estrés oxidativo. Efectivamente, la ingesta de fruta fresca, hortalizas, pescado, legumbres, nueces, cereales integrales; la ingesta moderada de vino tinto con las comidas y, por supuesto, el aceite de oliva virgen nos aportan los compuestos saludables capaces de hacer aquellas acciones. En el aceite de oliva virgen hay una presencia muy significativa de compuestos, como los polifenoles, con propiedades antioxidantes muy potentes y, que además, tienen demostrados efectos antiinflamatorios. La adherencia a la dieta Mediterránea caracterizada por el consumo de estos alimentos, nos ayuda a preservar nuestra salud mental.

Via ideal.es