sábado, 20 de julio de 2013

Edulcorantes Artificiales y Peso

 Los edulcorantes artificiales parece perturbar la capacidad del cuerpo para contar calorías y, como resultado, los alimentos y bebidas dietéticas pueden terminar fomentando el aumento de peso en lugar de la pérdida de peso, según un nuevo estudio.

El artículo fue publicado en la revista Tendencias en Endocrinología y Metabolismo, liderado por Susan Swithers, profesora de neurociencia conductual de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana.

Los edulcorantes utilizados comúnmente incluyen sucralosa, aspartamo y sacarina, entre otros.

Swithers ha estado estudiando los efectos de los edulcorantes artificiales en las ratas, pero la revista le solicitó la evidencia de efectos sobre la salud en los seres humanos también.

Con el tiempo se ha descubierto que las personas que consumen regularmente refrescos de dieta tienen mayor riesgo de aumento de peso y obesidad que las personas que no beben sodas en absoluto.

En comparación con las personas que evitan las gaseosas de dieta o regulares, las gaseosas dietéticas también parecen tener riesgo alto de diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y el síndrome metabólico - un grupo de síntomas que pone a las personas en mayor riesgo de estas condiciones.

Los riesgos para estos efectos en la salud parecen ser similares en las personas que beben refrescos de dieta en comparación con aquellos que beben sodas regulares, lo que sugiere que no hay mucho beneficio en el cambio.

Algunos de esos estudios no son concluyentes, ya que no se puede descartar la posibilidad de que las personas estaban bebiendo refrescos de dieta porque estaban ganando peso, y no al revés - un problema que se llama causalidad inversa.

Un estudio de los adolescentes encontró que cuando intercambiaron una soda regular por un refresco de dieta ganaron menos peso en el transcurso de 18 meses que los que seguía bebiendo refrescos azucarados. El estudio no revisó si se cambiaba agua por las bebidas azucaradas.

Swithers dijo que sus estudios en animales apoyan la idea contraria a la intuición que los edulcorantes artificiales pueden provocar aumento de peso, incluso si no tienen ninguna caloría. Ella dijo que ella ha visto evidencia de alteraciones metabólicas causadas por edulcorantes artificiales en ratas.

Básicamente es algo como esto: el sabor de algo dulce llega al cerebro y al intestino para la digestión de las calorías entrantes. Cuando las calorías no existen, como sucede con los edulcorantes artificiales, las respuestas metabólicas no se activan como deberían. La insulina no aumenta, las hormonas que aumentan la sensación de plenitud y satisfacción no se activan, y el cerebro no recibe ninguna sensación de recompensa de la dopamina que liberan los azúcares.

Como resultado, las calorías no hacen sentir saciedad, así que al no recibir estas señales, lo contrario que sucede con el azúcar, hace que la persona busque más de comer.

Los edulcorantes artificiales también pueden facilitar algo que los psicólogos llaman distorsiones cognitivas. Es decir, que nos permiten engañarnos a nosotros mismos pensando que podemos comer más calorías de las que realmente deberíamos. Si nos ahorramos calorías con un refresco de dieta hoy, luego podemos compensarlo con un trozo de queque de chocolate.

"Creo que hay varias cosas que están contribuyendo a esto", dijo Swithers. "La psicología es un factor, pero la fisiología también se puede modificar."

En base a su investigación, dijo, el agua es la mejor opción para las personas que están tratando de perder peso o mejorar otras medidas de salud.

Via contigosalud.com

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